jueves, 9 de febrero de 2017



Hacía tiempo que una novela no me sorprendía. Estaba llegando a un punto en que pensaba que la narrativa no tenía más que ofrecerme. Pero sí. Queda aún mucho por descubrir.

El Pesquero de Tajiki Kobayashi es una novela dura pero real. Sin espacio para la recreación literaria. Directa en sus intenciones y su lenguaje.

Trata un periodo de la historia de Japón, el que le toco vivir al autor, del que apenas sabemos nada. Y que choca con la imagen que nos hacen llegar hoy día de aquel país. Anteriormente a la Segunda Guerra Mundial Japón era una potencia colonial que abarcaba toda la costa pacífica asiática y el sudeste de tal continente.  La situación de la propia población japonesa no difería mucho de aquellos que permanecían colonizados. Se trataba de pura esclavitud encubierta.

Esta es una novela que hay que leer con cuidado. Teniendo en cuenta que al autor escribirla le costó su vida. Murió violentamente con apenas treinta años solo dos después de finalizarla.

Hay que reconocer la labor de los otros héroes también. Aquellos héroes actuales que rescatan historias como esta del sumidero del olvido.









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